¿Qué es una adicción?

ARY

¿Qué es una adicción?

Una adicción es una enfermedad física y psico-emocional que crea una dependencia a una sustancia, actividad o relación a la persona que la padece.

Esuna "enfermedad crónica y recurrente" del cerebro que se caracteriza por una búsqueda patológica de la recompensa y/o alivio a través del uso de una sustancia o una conducta. Las adicciones suponen un enganche de tal forma, que la vida de la persona adicta gira alrededor de conseguir aquello de lo que depende. Esto provoca que la persona pierda el control y que se vean afectadas muchas áreas de su vida.

Realizar la conducta adictiva es una forma de "evadir la realidad". Mientras que una persona está pensando en el consumo o se encuentra bajo sus efectos, escapa de su situación personal. No afronta sus problemas.

También la adicción es fruto de usarla como una "mala herramienta" para conseguir un objetivo. Ejemplos: "consumo para quitarme la timidez y ser más sociable", "me divierto más", "si lo hago me siento incluido en el grupo, pues todos lo hacen", "voy a ganar dinero rápido", "me mantiene despierto", "me relaja", "me ayuda a dormir", etc.

Cualquier persona puede desarrollar una adicción, independientemente de su personalidad, estatus social o su capacidad intelectual. Millones de personas tienen una enfermedad adictiva a lo largo de su vida, como la adicción al tabaco, al alcohol, a los fármacos, al juego, etc. Y aunque por cuestiones históricas y sociales se vean distintas, la enfermedad adictiva tiene la misma base en todas ellas.

La adicción es una enfermedad física porque las sustancias o las conductas adictivas modifican la estructura y el funcionamiento del cerebro, incapacitando al enfermo para tomar decisiones, para controlar lo que hace o para mantenerse en abstinencia.

La adicción se produce debido al "sistema de recompensa del sistema nervioso central", que es un conjunto de zonas cerebrales que, mediante estímulos, nos hace sentir bien después de realizar ciertas conductas. Es decir, el cerebro está "cableado" para aumentar las probabilidades de que repitamos las actividades placenteras que aumentan nuestras posibilidades de supervivencia, como comer, beber, tener contacto social, etc. Un neurotransmisor llamado dopamina es el componente esencial de este proceso. Cuando realizamos una actividad placentera, como, por ejemplo, "comer una apetitosa comida", el sistema de recompensa nos premia con una ráfaga de dopamina que nos aporta bienestar y, a su vez, envía señales de que está sucediendo algo importante y que es necesario recordarlo. Si se repite esta secuencia más veces, se asocia esa conducta y todo lo relacionado con ella, con el bienestar producido (La dopamina crea cambios en la conectividad de las neuronas que hace que resulte más fácil repetir la actividad una y otra vez sin pensar en ello), lo que lleva a la formación de hábitos.

El consumo de drogas así como el repetir las conductas adictivas provoca una alteración de la dopamina, (aumentándola en abundancia o acumulándola en exceso al no permitir que se deseche), haciendo que se refuerce poderosamente la conexión entre el consumo de la sustancia o conducta y el placer resultante, es decir, las grandes oleadas de dopamina enseñan literalmente al cerebro a buscar lo que nos ha provocado tal bienestar y a dejar de lado otras actividades que, aun siendo placenteras, no han generado una conexión tan potente. Esto explica cómo una persona se acaba aislando, abandonando a sus seres queridos, sus objetivos personales, etc.

Además, el aprendizaje se amplía a todas las señales externas relacionadas con la experiencia adictiva, como los lugares, personas, olores, etc. Por lo que la persona adicta notará deseos más fuertes de consumir con situaciones como "ir al lugar dónde consumía", "oler el mismo ambientador que tenían en la sala de juegos", "ver a quién le proporcionaba la droga", "realizar las mismas rutinas", etc.

El cerebro se va acostumbrando, poco a poco, al exceso de dopamina, lo que hará que cada vez necesite más cantidad de ésta para sentirse bien (fenómeno de tolerancia). Hasta llegar a un punto en el que sólo se consume o se realiza para evitar el malestar (síndrome de abstinencia), perdiendo todas las razones del pasado que le llevaron a la persona a consumirla o realizarla, y por ello aparece la "dependencia".

"Antes tomaba cocaína porque me mantenía despierto y activo, pero ahora ni tomando el triple lo consigo (tolerancia), sólo sé que no puedo pasar más de una semana sin tomarla (dependencia), que quiero dejarla, pero si no la consumo me siento muy mal (síndrome de abstinencia) sólo pienso en ella y en cómo conseguirla y acabo recayendo una y otra vez".

Es muy importante comprender que el cerebro puede enfermar igual que cualquier otro órgano del cuerpo, debido, en el caso de la adicción, a que se producen estos cambios en su estructura y en la descompensación de las hormonas que lo controlan, así podremos entender que una persona con problemas de adicción está enferma y no es un/a "vicioso/a" que consume porque quiere.

Una persona con un problema de adicción, sea del tipo que sea, ha perdido la libertad de elegir si consume o no consume una sustancia, o si se comporta o no de una forma determinada, puesto que su cerebro decide por él de manera inconsciente.

A nivel psicológico, la persona adicta siente un fuerte deseo o compulsión de continuar con el consumo de la droga/conducta que le proporciona placer o bienestar, "autoengañándose" en ciertos momentos con frases como "mañana lo dejo", "yo lo controlo", "hago lo normal" y otras sufriendo por sus consecuencias, sintiendo vergüenza, desesperación, incapacidad y culpa.

Mientras que a nivel físico la adicción puede curarse; el cerebro vuelve a funcionar sin la necesidad de la sustancia/conducta adictiva, (siempre y cuando no haya provocado daños crónicos o severos), la dependencia psicológica "no se cura", lo que quiere decir que, tras un largo periodo de abstinencia, si vuelve a consumir o a realizar la actividad dependiente, le provocará nuevamente la adicción y por tanto volverá a enfermar. Incluso se ha observado que las personas que han sido adictas tienen más probabilidad de "engancharse" a otra sustancia o conducta adictiva, de generar una nueva adicción. Por ejemplo, una persona alcohólica, deja el alcohol, pero con el tiempo se puede hacer dependiente de los juegos de azar.